Tijuana, 22 de marzo.- Fernando de Ita
mantiene una relación constante con Baja California. Visitar a sus
"amores", como él mismo describe, escribir algún reportaje, ofrecer un
curso de periodismo cultural o presentar una obra, cualquiera es ocasión
para estar en esta frontera.
En entrevista con La Jornada Baja California, el
dramaturgo, crítico de teatro, ensayista y periodista cultural recuerda
parte de su trayectoria y explica su obra "Sexo sentido".
Federico Campbell en su última conferencia
dijo en el mismo espacio donde se realizará la obra que usted dirige
“Sexo sentido”, que para él uno de los grandes misterios de la vida
humana, es el sexo. En este sentido el título juega con las palabras,
¿Es el sexo un sentido para la vida?
- “El sexo sentido” es de alguna manera la
continuación de una obra que la actriz Morena González y yo hicimos hace
10 años, una obra de Darío Fo, premio Nobel de Literatura que yo
entrevisté hace muchos años y me dio los derechos de una obra que se
llamó “Sexo seguro”, en México y nosotros le pusimos “Sexo para todos” y
estuvimos tres años dando vueltas por todo el país.
Yo aprendí con Darío Fo que la risa es un giro de
la inteligencia y que gracias al humor puedes hablar de cosas muy serias
sin que la gente se dé cuenta que estás tocando temas sustanciales como
es el sexo, pero más que el sexo el erotismo.
Tengo en la memoria una frase de Octavio Paz que
hace en “La llama doble”: “El sexo es la parte primigenia, la parte
original, es la semilla de la vida, pero el erotismo es tallo y el amor
es la flor”.
Me gusta mucho porque exactamente lo puedes ver en
todas partes, en los medios, en la calle, en las conversaciones, en el
facebook; está lleno de sexo, pero no de erotismo, es decir, esta parte
animal, inmediata que es vital para la sobrevivencia del ser humano,
para muchas plantas y animales se convierte en erotismo cuando es una
parte cultural, es una creación, es una construcción de la sexualidad y
entonces nosotros lo que queremos es despertar ese sentido.
El público de la obra está enfocado a la mujer, ¿por qué eligieron específicamente al perfil de la mujer mexicana?
- Yo creo que la mujer es un ser liberado, aunque
es más reprimido precisamente por las condiciones sociales es un ser más
abierto, más arriesgado en muchos sentidos; en este país somos muy
"machines", ya ves lo que dice el gobernador de Baja California de las
mujeres, lo somos gracias a la mujer.
Cuando menos yo literariamente tengo gran libertad
y mucha gente me dice "esto parece escrito por una mujer" puesto que
está a favor de la liberación de la mujer, está a favor del erotismo.
Teóricamente uno puede estar con ellas todo el tiempo, ya en la práctica
es un poco más complicado para los hombres.
Es ver el erotismo a partir de la visión femenina y
“Sexo sentido”, como observamos precisamente para hacer el juego de
palabras, sino porque también es un sentido, el erotismo que hay que
desarrollar. Ahora en las escuelas hablan de la sexualidad lo indican
solo biológicamente, el erotismo se tiene que ir descubriendo, ahora que
mencionas a Campbell, que es uno de los grandes misterios de la vida
porque es una creación, una recreación, es el trabajo de la imaginación.
Nosotros de una manera muy humorística decimos a
la mujer que debe descubrir su cuerpo, su imaginación, en la libertad
sensual hay un universo verdaderamente espléndido, maravilloso, la mujer
se arriesga más, los hombres somos más restringidos, aunque pueden ser
muy pervertidos, yo creo que el secreto del erotismo está en el sexo
femenino.
Para contrastar, ¿exactamente cómo cree que es el perfil sexual del hombre mexicano?
- De nuevo tengo que citar a Octavio Paz cuando
describe un perfil de lo que es el mexicano en “El laberinto de la
soledad”, donde descubre que realmente son “hijos de la chingada”.
Nuestro mestizaje nace del encontronazo de dos civilizaciones: la
indígena y la española, menciono la palabra chingar, no por ofender a
nadie, sino para usar un verbo que además es aceptado por la Real
Academia de la Lengua Española y porque determina muy bien el carácter
del mexicano, es un hombre chingado de muchas maneras.
Paz hizo este ensayo en los años 50, ahorita tiene
vigencia en unos sentidos y en otros no evidentemente,
antropológicamente el mexicano ha evolucionado muchísimo.
Si un gobernante se atreve a decir públicamente
que la mujer debe estar en su casa, en la cocina y traerle las pantuflas
al hombre, eso determina muchísimo la psicología del mexicano común,
cuando lo dice una gente de poder vemos que no es nada más en estratos
iletrados o que viven al día, también en los estratos que llamamos
altos; aunque en este caso no habría que hablar de altura sino de
bajeza, pero el mexicano es un hombre reprimido, es un hombre que piensa
que puede tener la libertad de hacer todo lo que quiera.
Ahora que estamos en la Sala Carlos Monsiváis,
pero que ya sabes la imagen clásica, le digo Monsi porque fue mi padrino
periodístico, se burlaba que el mexicano es la prostituta que vive su
sexualidad abierta; su esposa debe ser santa, devota, fiel y por
desgracia todavía permeando en muchos sectores.
Tengo la esperanza de que los jóvenes empiecen a
cambiarlo y por la mujer, las chavas ya no le permiten este machismo tan
desbocado, ya tienen otra libertad, otra propuesta erótica; ellas se
permiten conquistar al hombre, el mexicano común priva esta imagen
patrimonialista donde la mujer es un objeto, no un sujeto.
Yo he tenido tres pasiones en la vida, las
mujeres, los viajes y la literatura. He aprendido muchísimo exactamente
de ellas, evidentemente sin ellas el erotismo no se cumple.
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