miércoles, 1 de octubre de 2014

Selección de sueños

El sueño infinito de Pao Yu *(Dream within a dream)

Pao Yu soñó que estaba en un jardín idéntico al de su casa. ¿Será posible, dijo, que haya un jardín idéntico al mío? Se le acercaron unas doncellas. Pao Yu se dijo atónito: ¿Alguien tendrá doncellas iguales a Hsi-Yen, Pin-Erh y a todas las de casa? Una de las doncellas exclamó:

-Ahí está Pao Yu. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?

Pao Yu pensó que lo habían reconocido. Se adelantó y les dijo:

-Estaba caminando; por casualidad llegué hasta aquí. Caminemos un poco.

Las doncellas se rieron.

-¡Qué desatino! Te confundimos con Pao Yu, nuestro amo, pero no eres tan gallardo como él.

Eran doncellas de otro Pao Yu.

-Queridas hermanas -les dijo- yo soy Pao Yu. ¿Quién es vuestro amo?

-Es Pao Yu -contestaron-. Sus padres le dieron ese nombre, que está compuesto de los dos caracteres Pao (precioso) y Yu (jade), para que su vida fuera larga y feliz. ¿Quién eres tú para usurpar ese nombre?

Se fueron, riéndose.

Pao Yu quedó abatido. "Nunca me han tratado tan mal. ¿Por qué me aborrecerán estas doncellas? ¿Habrá, de veras, otro Pao Yu? Tengo que averiguarlo".

Trabajado por esos pensamientos, llegó a un patio que le pareció extrañamente familiar. Subió la escalera y entró en su cuarto. Vio a un joven acostado; al lado de la cama reían y hacían labores unas muchachas. El joven suspiraba. Una de las doncellas le dijo:

-¿Qué sueñas, Pao Yu, estás afligido?

-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron y me dejaron solo. Las seguí hasta la casa y me encontré con otro Pao Yu durmiendo en mi cama.

Al oír este diálogo Pao Yu no pudo contenerse y exclamó: -Vine en busca de un Pao Yu; eres tú.

El joven se levantó y lo abrazó, gritando: -No era un sueño, tú eres Pao Yu.

Una voz llamó desde el jardín: -¡Pao Yu!


Los dos Pao Yu temblaron. El soñado se fue; el otro le decía: -¡Vuelve pronto, Pao Yu!.


Pao Yu se despertó. Su doncella Hsi-Yen le preguntó: -¿Qué sueñas Pao Yu, estás afligido?


-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron...

Tsao Hsue-King, Sueño del aposento rojo, (1754)

pp. 18


El soñado


Carezo de realidad, temo no interesar a nadie. Soy un guiñapo, un dependiente, un fantasma. Vivo entre temores y deseos; temores y deseos que me dan vida y que me matan. Ya he dicho que soy un guiñapo.

Yazgo en la sombra, en largos e incomprensibles olvidos. De pronto me obligan a salir a la luz, una luz ciega que casi me asegura la realidad. Pero luego se ocupan otra vez de ellos y me olvidan. De nuevo me pierdo en la sombra, gesticulando con ademanes cada vez más imprecisos, reducido a la nada, a la esterilidad.

La noche es mi propio imperio. En vano trata de alejarme el esposo, crucificado en su pesadilla. A veces satisfago vagamente, con agitación y torpeza, el deseo de la mujer que se defiende soñando, encogida, y que al fin se entrega, larga y blanda como una almohada.

Vivo una vida precaria, dividida entre estos dos seres que se odian y se aman, que me hacen nacer como un hijo deforme. Sin embargo, soy hermoso y terrible. Destruyo la tranquilidad de la pareja o la enciendo con más cálido amor. A veces me coloco entre los dos y el íntimo abrazo me recobra, maravilloso. El advierte mi presencia y se esfuerza en aniquilarse, en suplirme. Pero al fin, derrotado, exhausto, vuelve la espada a la mujer, devorado por el rencor. Yo permanezco junto a ella, palpitante, y la ciño con mis brazos ausentes que poco a poco se disuelven en el sueño.

Debí comenzar diciendo que todavía no he acabado de nacer, que soy gestado lentamente, con angustia, en largo y sumergido proceso. Ellos maltratan con su amor, inconscientes, mi existencia de nonato.

Trabajan largamente mi vida entre sus pensamientos, manos torpes que se empeñan en modelarme, haciéndome y deshaciéndome, siempre insatisfechos.

Pero un día, cuando den por azar con mi forma definitiva escaparé y podré soñarme yo mismo, vibrante de realidad. Se apartarán el uno del otro. Y yo abandonaré a la mujer y perseguiré al hombre. Y guardaré la puerta de la alcoba, blandiendo una espalda flamígera.

Juan José Arreola, Confabulario total, (1962)

pp. 183




Mandala de Carl Jung

Lo consciente y lo inconsciente


En su autobiografía, Jung narra un sueño impresionante. (Pero cuál no lo es.) Hallábase frente a una casa de oración, sentado en el suelo en la posición del loto, cuando advirtió a un yogui sumido en meditación profunda. Se acercó y vio que el rostro del yogui era el suyo. Presa de terror, se alejó, despertó y atinó a pensar: Es él el que medita; ha soñado y soy yo su sueño. Cuando despierte ya no existiré.

Rodericus Bartius, Los que son números y los que no lo son (1964)

Pp. 202




Relatos tomados de: Libro de sueños, Jorge Luis Borges, Editorial Debolsillo, México, 2013.

lunes, 28 de julio de 2014

Miguel Hernández para saciar la sed de poesía.

Mis ojos sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando cardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor y en mí termina.
--

Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.

--
Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de amor y galantía,
clemencia de tu voz la tuya mía
y asistencia el estado en que lo cuento.

¡Ay querencia, dolencia y apetencia! :
me falta el aire tuyo, mi sustento,
y no sé respirar, y me desmayo.

Que venga, Dios, que venga de sus ausencia
a serenar la sien del pensamiento
que me mata con un eterno rayo.

---
Para cuando me ves tengo compuesto,
de un poco antes de esta venturanza,
un gesto favorable de bonanza
que no es, amor, mi verdadero gesto.

Quiero decirte, amor, con sólo esto,
que cuando tú me das a la olvidanza,
reconcomido de desesperanza
¡cuánta pena me cuestas y me cuesto!

Mi verdadero gesto es desgraciado
cuando la soledad me lo desnuda,
y desgraciado va de polo a polo.

Y no sabes, amor, que si tú el lado
mejor conoces de mi vida cruda,
yo nada más soy yo cuando estoy solo.

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La libertad es algo
que sólo en tus entrañas
bate como el relámpago.

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Besarse, mujer
al sol, es besarnos
en toda la vida.

Ascienden los labios
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el fulgor
de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte.

Descienden los labios
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.

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Fue una alegría de una sola vez,
de esas que son nunca más iguales,
El corazón, lleno de historias tristes,
fue arrebatado por las claridades.

Fue una alegría como la mañana,
que puso azul el corazón, y grande,
más comunicativo su latido,
más esbelta su cumbre aleteante.

Fue una alegría que dolió de tanto
encenderse, reírse, dilatarse.
Una mujer y yo la recogimos
desde un niño rodeado de su carne.

Fue una alegría en el amanecer
más virginal de todas las verdades.
Se inflamaban los gallos, y callaron
atravesados por su misma sangre.

Fue la primera vez de la alegría,
la sola vez de su total imagen.
Las otras alegrías se quedaron
como granos de arena entre los mares.

Fue una alegría para siempre sola,
para siempre dorada, destellante.
Pero es una tristeza para siempre,
porque apenas nacida fue a enterrarse.

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(Antes del odio)
Beso soy, sombra por sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua  en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
dónde me lo bebo yo
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.

Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz qye estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo solo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.

Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?

A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tu brazos mi prisión
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.

----
El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.

Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.

Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia,
desgastados por el tiempo.

Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre,
y de deseo a deseo.

Aunque bajo la tierra 
mi amante cuerpo esté, 
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
como un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.

Aunque bajo la tierra 
mi amante cuerpo esté, 
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro/
Cuando te voy a escribir
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.
Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.

Aunque bajo la tierra 
mi amante cuerpo esté, 
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

Ayer se quedo una carta
abandonada y sin dueño,
volando sobre los ojos
de alguien que perdió su cuerpo.
Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelando, humano,
sin ojos que puedan verlo.

Mientras los colmillos, crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.

Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.  

----
Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra vez es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.

----
Si te perdiera...
Si te encontrara...
bajo la tierra...
bajo la tierra
del cuerpo mío,
siempre sedienta.

My love: Oscar Wilde

Las personas más mecánicas, para quienes la vida es una especulación sagaz supeditada a los cálculos exactos de medios y caminos, siempre saben a donde van y no dudan en ir. Parten del deseo de ser el sacristán de la parroquia y cualquiera que sea la esfera en donde se encuentran situados, logran ser el sacristán y nada más. Un hombre cuya ambición sea ser algo aparte de sí mismo, ser miembro del parlamento, comerciante próspero, juez o cualquier estupidez semejante, de todas todas logra lo que quiere ser. Ese es su castigo. El que quiere una máscara tiene que llevarla.
Sin embargo con las fuerzas dinámicas de la vida, y aquellos en quienes en fuerzas dinámicas se encarnan, no ocurre lo mismo. Las personas cuya ambición es sólo la autorrealización no saben a dónde van. No lo pueden saber. En un sentido de la palabra es necesario indudablemente, como decía el oráculo griego, conocerse a uno mismo, ése es el primer logro del conocimiento. No obstante, reconocer que el espíritu de un hombre es inescrutable es el logro último de la sabiduría. El misterio final es uno mismo.
Óscar Wilde, en De Profundis.

El espejo es mágico, como el cine: Marilyn Monroe en el diván


El espejo es mágico, como el cine: Marilyn Monroe en el diván
Por Natalia Rivera Lugo

“El cine pues, se proponía como espejo en el que el mito no seria tanto el reflejo del espectador como éste el del mito. Llevando las cosas al extremo, el cine seria dispensado  de reflejar la realidad; la realidad, en cambio había de imitar al cine.”
 Emilio García Riera[1]

Resumen: Este trabajo plantea el revestimiento analítico del caso Marilyn Monroe. Partiendo desde la relación entre el Cine y el Psicoanálisis en el Hollywood de los años 50 y principios de los 60’s, se da seguimiento a los diferentes procesos analíticos durante casi 8 años.
Palabras clave: psicoanálisis, cine, Hollywood, Marilyn Monroe.
Abstract: This work approaches the Marilyn Monroe case and the relationship between psychoanalysis and cinema, focusing in Hollywood between the years of the 50s and the early 60s, it gives insight in the almost eight years of analysis of the late actress.
Key words: psychoanalysis, cinema, Hollywood, Marilyn Monroe.

Introducción: Cine y Psicoanálisis
El cine como el psicoanálisis, tuvieron su aparición simultánea en el año 1895, en Paris, Lumiére  exhibía el primer cinematógrafo frente al publico en el Grand Café, mientras que en Viena, Freud exponía sus casos y teoría de la histeria. Ambos se han desarrollado, como fenómenos coyunturales que transformaron la forma de pensar y vivir el mundo.
Hollywood como industria cinematográfica, busca realizar en la medida de lo posible los sueños de los espectadores, creando en sus películas un vínculo de identificación entre el actor y su público. Es así como tiende puentes con el psicoanálisis, al ser la practica psicoanalítica, básicamente una relación de transferencia entre el paciente y el terapeuta-analista.
Con esta investigación se pretende hacer una aproximación a las muchas mentes de Marilyn Monroe, haciendo uso de la abundante bibliografía sobre este caso.
Habiéndose escrito tanto sobre este mito cinematográfico, me despertó un gran interés su apuesta por el psicoanálisis, como terapia, como método, como pública adepta, llegó a hablar sobre este tema con la prensa en 1955, declarando que “Lo único que diré es que creo en la interpretación freudiana. Y espero que algún pueda proporcionarles un esclarecedor informe acerca de las maravillas que los psiquiatras pueden hacer con ustedes.”[2]
Es desde 1954, que Marilyn Monroe en plena cumbre de su estrellato inicia su fracturado proceso de análisis, el cual no abandonaría a lo largo de su vida, esta decisión derivó de su “cambio de vida” al mudarse de Los Ángeles a Nueva York, hacer su propia productora y entrar a las clases en el Actor’s Studio con el profesor Lee Strasberg que le enseñaría su famoso método de actuación, el cual exhortaba a los actores a someterse a un análisis.
 Su primera analista fue Margaret Hohanberg, recomendada por Strasberg, rápidamente se volvió una gran influencia en la vida de Marilyn, le decía que papeles aceptar, con quienes relacionarse etc.  La segunda fue Anna Freud, en un breve periodo mientras filmaba en Londres “El príncipe y la corista”, la tercera analista fue recomendada por la hija del padre del Psicoanálisis, que la puso en contacto con una vieja amiga de la familia, Marianne Kris, la cual posteriormente fue analista de Jaqueline Kennedy, este análisis duró cuatro años, culminó con el internamiento, su último psicoanalista fue Ralph Greenson, cuyo nombre al igual que su paciente fue cambiado para adaptarse al medio, su nombre real era Romeo Greenschpoon.
Ralph Greenson, es famoso no solamente por su apodo “Analista de Hollywood” se le recuerda también por haber escrito, “Técnica y práctica del psicoanálisis” aún vigente como libro de cabecera para la formación de futuros analistas, dónde precisamente hace una analogía entre el cine y el trabajo de análisis:
“Extrañamente, el analista se convierte en el actor silencioso de una obra creada por el paciente. El analista no llega a interpretar un papel, sino que se esfuerza en mantenerse como esa figura fantasmagórica tan necesaria para los propios fantasmas del paciente. Y sin embargo, participa en la creación de ese personaje, precisando sus contornos por medio de la introspección, la empatía y la intuición. Se convierte, en cierta medida, en el director de la situación: marca la dirección de la situación de la obra sin actuar en ella.”[3]
Es un hecho que el cine es capaz de reproducir el mundo real, sin embargo lo más interesante de este hecho, es la apropiación psicológica del espectador, aquella imagen creada adentro, cómo introyectan la narración y sus personajes, la pantalla es solo una reproducción, un conducto, en el que los espectadores se sumergen en las imágenes que hablan hasta que logran sentirse parte de ellas.
En el psicoanálisis, el principal instrumento es la palabra hablada, la voz es lo más cercano a la emoción. En el aparato psíquico de un individuo, es así también, la vida es como una película que nos contamos, en la terapia psicoanalítica encontramos un conducto al inconsciente, al integrar al analista con el paciente, en un vínculo llamado transferencia busca representarse en imágenes individuales por medio de la palabra, la asociación, el sueño y a la reproducción del inconsciente.

El nacimiento de una estrella: De Norma Jean a Marilyn Monroe
“Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.”
Ernesto Cardenal en Oración por Marilyn Monroe[4]

Antes de que existiera Marilyn Monroe, en el Hollywood de 1914; William Fox pensaba en una estrategia, para publicitar sus películas, invento un personaje estelar para dar publicidad a sus películas: la mujer fatal, bella y perversa, adorada por los hombres, la “vamp”, por la que la actriz danesa Theda Bara, consiguió fama fuera de la pantalla, posteriormente a esta maniobra se le conoció como “Star System”.
Se descubrió entonces que el público no sólo aceptaba la imagen estereotipada, sino que la aclamaba, las compañías como Paramount, Fox, Metro, Universal, comprendieron esto prontamente, como señala Alexander Walker “La publicidad sobre ellos, sus películas, actividades y características personales –y en este sentido el tinglado de Hollywood, como exótico y permanente paisaje de fondo, jugaba un enorme papel-, iba a ser empleada para provocar la curiosidad, estimular expectación, y hacer volver a los espectadores una y otra vez. La participación del público en la identidad de los intérpretes arraigó al mismo tiempo y sobre el mismo terreno que el Star System.
La creación del Star System, estandarizo a los actores, concentro a los productores en la búsqueda de rentabilidad,  se armaron enormes faramallas publicitarias, todo enmarcado en una dinámica de mercado humano, donde estos son disminuidos como objetos negociables de una competencia tan fuerte como su éxito y su fracaso y la vida de las estrellas es objeto del público, estas prácticas siguen siendo el modus operandi de Hollywood.
La estrella que nos ocupa, nació con el nombre de Norma Jean Mortensen, un 1 de junio de 1926, en la ciudad de Los Ángeles, California, su madre Gladys Mortensen, llamo a su hija Norma Jean, por las actrices Norma Tamagle, y Jean Harlow, como alude la autora Joyce Carol Oates en el libro “Blonde”, inspirado por la historia de Marilyn, narrado desde la vida interior de la protagonista, la autora, ahondo en  lo que ella llama “la heroína norteamericana por antonomasia”.
Cuando nuestra heroína, tenía solo seis meses, fue adoptada por una familia, los Bolender, a los que recordaba como absolutamente estrictos, para esta familia la religión era el centro de su vida, mientras que Gladys, su madre biológica trabajaba en Hollywood, la abuela Della Granier a menudo la visitaba.
A los siete años, Gladys compra una casa y se lleva a su hija a vivir con ella, la vida le da un giro de 360 de grados, el espacio lo comparten con inquilinos, se sabe que fue en este periodo en que Gladys pierde el control de su vida y es ingresada a un hospital psiquiátrico. Grace McKee, amiga de su madre, se hace cargo de la niña, pero posteriormente a la edad de 9 años ingresa en un orfanato, este episodio lo recordaba, como negaba que ella fuera huérfana y se rehusaba a entrar a este sitio.
Sus primeros años los vivió rodeada de soledad, carencias afectivas, miseria e inestabilidad. Vivió con varias familias, en una de ellas aseguro que abusaron sexualmente de ella, todo esto convirtió  a Norma Jean en una niña que había llegado a creer que no merecía ningún tipo de afecto, por lo que no es difícil comprender que para poder sobrevivir, intente realizar el sueño que su tutora legal Grace McKee le vaticino “Tu serás una estrella de Hollywood”, su transformación, consistió convertirse en una mujer deseable, transformarse en otra.
Marilyn Monroe, nació en los estudios de la 20th Century Fox, el cambio de nombre y cabello fueron decisiones que definirían un antes y un después, el tinte rubio platino, fue tan solo un viejo truco antes utilizado por la que fue su actriz preferida Jean Harlow para llegar a la fama, rápidamente le dan pequeños papeles, que a lo largo de su vida, sumarían más de 30 películas con esta compañía.
La rubia más sexy, como la describieron los productores de la MGM, hace sus primeras apariciones en la pantalla grande, en películas como “Amor en Conserva” de los hermanos Marx, muy populares en esos tiempos, donde más que interpretar, ella representa a la rubia despampanante de caminar cadencioso y sensual, esta secuencia de treinta segundos, la haría reconocerse por el público, sin embargo, este fue el comienzo de su estancamiento en la categoría  de “símbolo sexual”.
Refiriendo este tema, llego a contestar que: “Si tengo que simbolizar algo, prefiero ser un símbolo sexual, que cualquier otra cosa que se pueda simbolizar -entiende- ese es el problema!... un símbolo se ha convertido en un objeto, y odio que me consideren un objeto.” [5]
Para los reflectores de la prensa, para la cámara de 4mm, para el set de cine, el personaje que interpreto siempre fue el de Marilyn Monroe. Mientras que la publicidad de la 20th Century Fox, la presentaba: Every inch a woman! Every inch an actress!  Traducido al español: Cada centímetro una mujer. Cada centímetro una actriz.
Alma Delia Carrillo señala en su tesis Hollywood crea una estrella: Marilyn Monroe, que: “Son contados los filmes en que consideran destacados, artísticamente hablando. Con esto no se pretende decir que Marilyn Monroe no fue una estrella, o que no fue una actriz, pero sí que fue encasillada, limitada y destruída por los mismos papeles de una mujer tonta y sexy que no le preocupaba nada sino casarse con un rico, no tuvo más oportunidad para desarrollarse y poder comunicar al publico todos esos sentimientos de los cuales era muy capaz de transmitir. Hollywood la creó y la destruyó al mismo tiempo.”[6]
La identificación con el público es indispensable para una estrella, Sigmund Freud en Psicología de las masas nos explica en que consiste: “La identificación es la forma primitiva del enlace afectivo a un objeto.. Siguiendo una dirección regresiva, se convierte en sustitución de un enlace libidinoso a un objeto, como por introyección del objeto en el yo.”[7] P.45
El público encontraba en Marilyn, la proyección de sus fantasías sexuales, como llego a decir Jean Paul Sartre: “Quemaba la pantalla”.
Alexander Walker afirma que “El momento cristalizador del estrellato, parece suceder en el instante en que un interprete llega a ser dramáticamente consciente del poder que detenta. No es exactamente lo mismo que popularidad. Uno puede vivir fácilmente de popularidad. El poder del estrellato afecta en carne viva a un artista como una desproporción entre quien piensa que él es y cómo piensa de él la gente.”[8]
El gran momento de consciencia de estrellato para Marilyn, fue cuando visito en 1954 las bases del ejército norteamericano en Corea dónde comprobó que gozaba de una sorprendente popularidad. Por primera vez en su vida, dio un concierto ante decenas de miles de soldados, esta experiencia la recordará como una de las más felices de su vida.
En las grabaciones de estos eventos, la vemos gozando las miles de miradas de los soldados puestas en ella, los gritos y chiflidos, esta histórica escena de seducción, es el punto de inflexión, quizá aquí, se convenció de una certeza, de lo que representaba y lo que su presencia causaba en las multitudes.
Encuentro en estos acontecimientos, claros rasgos de estados de histeria. Marilyn, a partir de esta experiencia encontró una gran satisfacción, en ese trance, de necesitar desesperadamente la aprobación y admiración del otro. Según Nasio, en su libro El dolor de la Histeria, describe que: “Histerizar es hacer que nazca en el otro un foco ardiente de la líbido (…) Histerizar es erotizar una expresión humana la que fuere, aún cuando por sí mismo en lo íntimo, no sea de naturaleza sexual.” [9]
Este escenario la puso en medio de una explosión libidinal, creada gracias a las fantasías producidas por el star system. Es a partir de este año, que la veremos moverse en sitios donde ella sentía que debía estar, después vendría la toma de consciencia de la fractura de su personalidad, y al mismo tiempo que la vemos produciendo una película, esta casándose con el intelectual de la contracultura, Arthur Miller, siempre desde algún en el centro de la vida pública e intelectual de los Estados Unidos, donde seguía interpretando el papel de Marilyn Monroe.
En palabras de Nasio, esta fragmentación de papeles se explica en la siguiente reflexión: “Un yo capaz de estirarse sin discontinuidad desde el punto más íntimo, de su ser hasta el borde meas exterior del mundo. Esta singular plasticidad del yo instala al histérico en una realidad confusa, medio real, medio fantaseada, donde se emprende el juego cruel y doloroso de las identificaciones múltiples con diversos personajes y ello al precio de permanecer ajeno a su propia identidad de ser sexuado.” [10]
Además del cruce de identificaciones múltiples, la desconexión con la realidad fue patente en varias ocasiones, cómo nos cuenta el escritor y amigo de la actriz Truman Capote, se quedaba absorta viéndose en el espejo, como escribió en su relato titulado “Una Criatura Adorable”:
“Mientras pasaba el tiempo, me pregunté tontamente si se estaría metiendo estimulantes o tranquilizantes. Tranquilizantes, sin duda. Había un periódico encima de la barra y lo cogí; estaba escrito en chino. Cuando pasaron veinte minutos, decidí investigar. Quizá se había metido una dosis mortal, o a lo mejor se había cortado las muñecas. Encontré el lavabo de señoras, y llamé a la puerta. Ella dijo: «Pase.» Dentro, se estaba observando en un espejo mal iluminado. Le dije: «¿Qué estás haciendo? Contestó: «Mirándola a ella.» En efecto, se estaba pintando los labios con lápiz de color rubí. Además, se había quitado el sombrío pañuelo de la cabeza y se había peinado su lustroso pelo, fino como algodón de azúcar.”[11]
La disociación de su personalidad, Norma Jean-Marilyn Monroe, queda manifiesta en esta anécdota, quizá mientras se veía en el espejo y no se veía, se encontraba a sí misma, ese tiempo de espera para el otro, lo había pasado parada frente a ella, era Norma Jean la que veía la imagen que no la reflejaba, sino a la otra, mientras ella se decía: soy aquella mujer que se ve al espejo, para imprimirse la imagen de Marilyn y encarnarla.
Esta angustia de personalidad, puede referirnos a los dilemas que tenia en su haber por aquellos años, la más evidente fueron las demoras a los estudios, los pleitos con los estudios, ya que no tenia papeles distintos ni alcanzaba el valor económico que alcanzaron otras luminarias.
La posibilidad de que padecería histeria, queda abierta por la declaración de Arthur Miller, esposo de 1958-1961, “Era mitad reina, mitad niña abandonada, a veces de rodillas ante su propio cuerpo, a veces desesperada por culpa de el.”
Tantas definiciones, debieron decirle q nunca se confirmaría ni conformaría, la identidad disoluta en un mito que ella se invento.

Apuesta por el psicoanálisis: Diferentes diagnósticos (1954-1962)
Anna Freud, en un breve tratamiento urgente, en el año de 1956, la describió como se puede consultar en su archivo: “Paciente adulta. Inestabilidad emocional, impulsividad exagerada, necesidad constante de una aprobación externa. No soporta la soledad, tendencia a depresiones en caso de rechazo, paranoica con tintes de esquizofrenia.”
Este es el diagnóstico más reciente que se ha recuperado de su caso, el tratamiento duro tan sólo un mes, derivado de una crisis en el rodaje de la película “El príncipe y la Corista” en donde trabajo al lado de Lawrence Olivier, con quien no tenia una buena relación, ella recuerda que le decía, “Sé sexy”[12], que en realidad quería decir sé todo lo que sabes ser.
En 1960 Marianne Kris, la definió como “una mujer en crisis total, con peligro de autodestrucción por el abuso de drogas y medicamentos. Bajo una ansiedad paroxística, revela una personalidad frágil. ”[13]
A los 34 años a la madre de Marilyn Monroe le diagnosticaron “esquizofrenia”, que según la definición en el Diccionario de Psicoanálisis tiene las siguientes características:
“Incoherencia del pensamiento, de la acción y de la afectividad (que se designa con las palabras clásicas de <>), la separación de la realidad con replegamiento sobre sí mismo y predominio de una vida más o menos acentuada, siempre mal sistematizada; por último, el carácter crónico de la enfermedad, que evoluciona con ritmos muy diversos hacia un <> intelectual y afectivo, conduciendo a menudo a estados de aspecto demencial.” [14]
A partir de este momento Gladys estará internada definitivamente en diferentes hospitales psiquiátricos, de los que Marilyn después se haría cargo financieramente.
En febrero de 1961, la historia se repetiría, Marilyn es ingresada por su analista en aquél tiempo Marianne Kris, a la edad de 34 años en la Clínica Psiquiátrica “Payne Whitney” en la ciudad de Nueva York, por ayuda de Joe Di Maggio sale de ahí, y es trasladada a otro hospital, donde estuvo del 10 de febrero al 5 de marzo de 1961.
En 1992 se encontró en la 20th Century Fox la carta que Marilyn le escribió a Ralph Greenson, desde el internamiento, la cual es un documento probatorio del estado crítico en que se encontraba la actriz, mecanografiada porque estaba apenada de su letra, escribe cosas como:
“Mientras escribo estas líneas, cuatro lágrimas mudas surcan mi mejilla. No sé porqué. No he dormido en toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve la noche. Para mí no es más que un largo y asqueroso día que no termina nunca.”[15]
En esta carta, describe abatidamente las condiciones en la Clínica, leemos a una Marilyn, destrozada, desolada, explicando que sabe que no será feliz, pero dice: puedo estar contenta. En la carta también se quejaba de los tratos de los psiquiatras, y de la situación llega a declarar que “El hombre quiere llegar a la luna, pero nadie se interesa por el corazón humano. Y mira que habría trabajo que hacer. Por cierto, ése era el tema central de Vidas Rebeldes, pero nadie se dio cuenta.”[16]
Cabe mencionar que esta crisis, fue posterior a la ruptura de su matrimonio con el escritor Arthur Miller, de quien se había divorciado hacia un mes, coincidiendo con el estreno de su última película “Vidas Rebeldes” la cual no tuvo buenas críticas.
A partir de este internamiento, Ralph Greenson se convierte en su único terapeuta-analista, y ella en una paciente de tiempo completo. Con ella decide emplear una técnica totalmente distinta que las que usa con sus otros pacientes. La integro con su familia, para darle lo que nunca tuvo: estabilidad afectiva. Se hizo amiga de sus hijos y de su esposa, su cuñado era su representante legal y él se convirtió, en su padre simbólico.
Un patrón que Marilyn estableció con todos sus terapeutas, fue el que obraran como sus guardianes, Margaret Hohanberg su primera analista, fue referida en 1954 por Lee Strasberg, creador del método del Actor Studio, en sus años en Nueva York, esta se encargaba de sus problemas legales, lo mismo sucedió con Marianne Kris y finalmente con Ralph Greenson. Los diferentes analistas funcionaron para ella como una familia simbólica, de la que cambiaba a menudo, justo como en su infancia transitaba por diferentes hogares y en el momento del tratamiento los ponía como los herederos en su testamento.
En el libro escrito por el psicoanalista Michel Schneider, “Marilyn, Ultimas sesiones”, el personaje de psicoanalista Greenson notaba que Marilyn hablaba muy poco de su vida sexual, incluso Vladimir Nabokov llego a referir sobre su estatus de símbolo sexual afirmando que “para esta comediante del sexo puede que solo el sexo solo fuera una comedia”
Para conocer a Marilyn a fondo, nos han quedado las reminiscencias de los otros, de quienes compartieron con ella; anécdotas, encuentros, uno de sus primeros mecenas en Hollywood, fue el director de cine Elia Kazan, con quien tuvo un affaire cuando empezaba a trabajar con la 20th Century Fox. Llegó a declarar entonces que “era la chica más alegre que había conocido” cosa que a Marilyn, le complacía recordar.
Al morir Marilyn, y de haber pasado por altos y bajos en su relación, Kazan diría que: “Cuando la conocí, era una joven sencilla, apasionada, que iba a clase en bicicleta, una chica de buena pasta. Hollywood la tiro al suelo con las piernas abiertas. Tenia la piel fina y el alma ávida de ser aceptada por gente a la que pudiera respetar. Como muchas otras chicas que habían conocido el mismo tipo de experiencia, media su amor propio por el número de hombres que era capaz de atraer.”[17]
Esta y otras declaraciones de su ex marido Arthur Miller, en las que hace énfasis en una escisión de su personalidad, y sobre la cuestión del cuerpo “Era mitad reina, mitad niña abandonada, a veces de rodillas ante su propio cuerpo, a veces desesperada por culpa de él” estas declaraciones abren la siguiente cuestión ¿sería Marilyn, algunos rasgos de la clásica histérica? Aquella que Anna Freud, le impediría interpretar el personaje de la paciente de histeria Cecil en la película de John Huston “Freud: Pasión Secreta” , estaba escrito por Jean Paul Sartre y el propio Huston, especialmente para ser interpretado por Marilyn Monroe, para la pérdida del cine, y ganancia de Anna Freud, ésta logro convencer a su analizada de no aceptar el papel en una película donde se viera la reproducción de una imagen Hollywoodense de su padre.
En la película, Cecil, casi amnésica, así como en Marilyn lograron reconocer sus analistas, cambiaba de historia, decía mentiras en las entrevistas, por ejemplo, que nunca vivió con su madre, cosa que era mentira, era usual que mintiera sobre su origen, ya que el recuerdo estaba tan cargado de afecto que lo había reprimido, borrado u olvidado.
Ralph Greenson la llamaba su “esquizofrénica favorita”, (curiosamente ella tenía la costumbre de poner apodos a sus allegados, enemigos, a todo aquél que guarda un lugar en su memoria) debido al carácter crónico de esta enfermedad, no pudo darse un diagnóstico certero porque murió a la corta edad de 36 años.
En este último análisis realizado con Ralph Greenson, nos puede decir la correspondencia intercambio entre Anna Freud, Marianne Kris y él, en los últimos días de la actriz, se intercambiaron cartas de visible preocupación “Estoy horrorizado ante el vacío de su vida en términos de relaciones objetuales. Básicamente es una narcisista. Mal que bien, vamos progresando, pero no puedo hacer ningún pronóstico sobre la profundidad y la duración del malestar. En el plano clínico he aislado dos problemas: su temor obsesivo a la homosexualidad y su incapacidad para soportar heridas morales.” [18]
La mujer narcisicista, es para Freud el tipo de mujer más deseable. La belleza de esta mujer, es una “proclama de independencia libidinal” en esta proclama se basa su atractivo.
Como apunta Juliana Zapata en su análisis sobre la psicopatología de Marilyn Monroe, hace énfasis en esta cuestión “Esta supuesta completud la hizo convertir en un ilusorio objeto de deseo, de fragilidad extrema, que la llevaron a cuestionarse en ocasiones el papel que estaba protagonizando.”

Sosegadas pulsiones de muerte
 Se ha hablado de un supuesto intento de suicidio, desde la escasa edad de 16 años, justo la edad en que Norma Jean decide casarse con Jim Dougherty. Sin embargo no hay confirmación de la veracidad de este rumor.
 Los intentos de suicidio, fueron una constante en su vida, Natasha Lytess, su coach de actuación y supuesta amante, llego a salvarla de uno, y en otra ocasión, cuando en 1961 estuvo internada en la Clínica Psiquiatrica Payne Whitney, le escribió a Ralph Greenson, que en un acting out, reprodujo lo que antes había actuado en una película, rompió una silla y gritaba que se cortaría las venas si no la dejaban salir, se negaba a cooperar con los médicos, este episodio en especial, es una clara alarma de su desesperación, extrema fragilidad, de su continuo estado depresivo. Partimos de que algunos de estas amenazas se produjeron mucho antes de su muerte el domingo, 4 de agosto de 1962.
Sobre esta cuestión la muerte, llego a declarar al periodista Georges Belmont, en 1960 “En cierto sentido, la muerte es mucho menos complicada, ¿no le parece? Entras y sabes que con toda probabilidad, no encontraras a nadie al otro lado de la puerta. Mientras en la vida siempre están los demás, o alguien en concreto. Y cuando entras, nunca es por tu culpa.”
Marilyn creía y afirmaba, claramente que para ella la muerte tiene la ventaja de ser definitiva, la vida, en cambio es algo más complicado. Para quitarse de las complicaciones de vivir, rehízo su testamento numerosas veces en su vida.
La fotografía, fue uno de los recursos que Marilyn uso cuando se sentía deprimida, una noche llamo a Milton Greene, y le dijo que salieran a tomar fotografías, estas celebres imágenes, nos arrojan, la imagen que quería mostrar, a veces era desesperación, desolación como las que le tomo en las calles una noche en los Ángeles, con las luces del coche” la melancolía percibida en esa noche, a las que en su insomnio crónico ella se preguntaba  ¿Para que servían?
En otras, era para el lente, la mujer sensual y traviesa, que escondía tras esa picaras poses, un desquite a los Estudios, y a Elizabeth Taylor, su mayor rival en el momento. Un acierto publicitario de Monroe, que no dudaría en repetir el acting out, desde que se publicaron en la prensa, fotos de la secuencia donde aparece desnuda jugando en una piscina, de la no acabada película “Somethings got to give”.
En la famosa última sesión, también la vemos desnuda, más delgada, con una sonrisa de niña, la mirada ausente, jugando con una mascada transparente, la evocadora y triste sensualidad de estas imágenes consagraron al fotógrafo Bert Stern, para la revista Life, éste número se ha convertido en un mito, aún causa fascinación, y es que el número con la portada de la famosa rubia salió justo en su última noche.
Al conocerse su muerte, tuvo su imagen la primera plana en las portadas de todos los periódicos y revistas, de Estados Unidos. Su muerte impacto a los norteamericanos, de una manera indefinible, los cogió tan desprevenidos, a nadie se había podido imaginar que su ardiente Marilyn, su símbolo sexual americano pudiera apagarse tan repentinamente.
“La pulsión de muerte, según Freud, operan en silencio; y no pueden apenas reconocerse mas que cuando actúan en el exterior, se comprende que el termino; califique sus efectos mas accesibles y manifiestos.”[19]
Diversas fueron las reacciones que se suscitaron, los más cercanos, lo hubieran podido prever: Ralph Greenson.  La más general en el público: fue la estupefacción.
Podemos ir a sus últimos momentos, en los que ya había alcanzado su  fama el mote de mito, enlazado a su vida de diva. Una de las últimas apariciones en público, fue en la fiesta de cumpleaños del entonces presidente John F. Kennedy, donde fue anunciada por su amigo Peter Lawford, y la presento, como: The late Marilyn Monroe, late en inglés antes de un nombre, significa una personada finada, este no-lapsus, apuntaba a sus legendarios retrasos, también insinuaba la muerte.
Al subir al escenario la vemos como se precipita caminando de puntillas, al llegar al lado de su presentador, este le quita su abrigo dejando ver su vestido pegado la piel color carne, con incrustaciones de brillantes. En seco comienza a susurrar muy cerca del micrófono: Happy Birthday to you… Happy Birthday to you… Happy Birthday Mr. Presideent…. Al final parece que dice alguna incoherencia, se le ve emocionada aún con su mirada ausente,  pero la verdadera ausente era Jaqueline Kennedy, vemos como aparece un enorme pastel. Las fotografías de esta fiesta desparecieron, quedando solo una donde aparece con Robert Kennedy.
Muchos han dicho que la canción que canto al presidente, ofrecía una parodia de sí misma y un acto freudiano en sí. Posteriormente de estos hechos, fue despedida por sus desacatos. Para ser de nuevo contratada por un contrato más provechoso.
En sus últimos días, sus allegados, su analista dice que los últimos problemas tratados fueron la incapacidad para soportar lo que ella percibía como ofensas y su temor anormal a la homosexualidad fueron como dijo más tarde el analista <>[20]
Y quizá fue Miller el que mejor alcanzo a comprender a Marilyn, el personaje de Maggie en su obra “Después de la caída” esta inspirado en ella, después de todo vivieron cinco años juntos, la salvo varias veces de sí misma y le horrorizaba su cercanía con la muerte. Escribió posterior a su muerte que “La intensidad de su angustia la habría incapacitado para cualquier otro trabajo. Si hubiese sido oficinista, le habrían dicho que hiciera el favor de quedarse en su casa. Sin embargo, en la vida le tocó el papel de estrella de cine y esto le permitió trabajar y padecer, porque a una estrella se le permite todo”.[21] Su tesis es que estrellato fue su gloria, el logro de su vida, el hecho letal y simple, es que no existía espacio entre ella y esta estrella.

¿Qué la llevo a la muerte?
Truman Capote contestaría, que fue la muerte quién la mato. El psicoanalista Michel Schneider dice que el abandono de la madre mató a Marilyn. En esta tesis, podemos pensar en esa temprana neurosis de abandono, la cual según el Diccionario de Psicoanálisis es “una inseguridad afectiva fundamental.” La necesidad ilimitada de amor, que se manifiesta en su persona, no bastaba con ser deseada, deseaba que la amaran y admiraran incondicionalmente como una madre ama a su hijo.
La angustia del abandono, fue sin duda uno de sus mayores padecimientos en la infancia. Al sentirse abandonada por su madre, sentía que le rehusaba el amor. Para Michel Schneider, el psicoanálisis figuro como un “juego mortal” una transferencia mal llevada. La autopsia final revelaría, un 4.5% de barbitúrico en la sangre, una sobredosis de nembutal auto administrada y la sentencia del probable suicidio.[22]
El caso Marilyn Monroe para el psicoanálisis
Para la literatura psicoanalítica, no es un caso clínico, al no existir fuentes fehacientes, antes de morir la actriz, Greenson, había pensado escribir un libro sobre los fracasos del psicoanálisis, desecho la idea, dejando una nota poco antes de morir en 1978 donde habla sobre este punto:
“Nunca escribiré 'el caso MM';. No encuentro las palabras. Como en ciertas películas, cuando las imágenes son demasiado fuertes no oigo nada. ¡Como se engaña uno sobre sí mismo! El autoanálisis es imposible. Me reprocharon –y yo me reproche- haber acogido a Marilyn dentro de mi familia, haberla convertido en una pariente. ¿Fui yo quien la mato? ¿Fue el psicoanálisis, como ya empiezan a decir? Cuando dicen que murió a causa de la excesiva influencia de mi familia, no se dan cuenta de que tal vez se trataba de mi otra familia, la de los psicoanalistas. La familia Freud y asociados.”[23]
Desesperado Greenson, hizo un diagrama, partiendo de su relación con Marilyn, donde se tejieron las relaciones trasferencia, la respuesta que encontró, fue la estructura incestuosa del análisis.
El psicoanálisis no escribiría jamás el caso clínico aceptable de Marilyn Monroe, sin embargo es por medio del seguimiento de los análisis que se llevaron a cabo, que podemos acercarnos a la mujer que encerraba esa máscara, y donde hurgamos para saber cómo pudieron haber sucedido las cosas.
El psicoanalista Claudio Steinmeyer asegura que este caso pone de relieve la terminación de la era de la talking cure, ella demandaba otro tipo de tratamiento, puesto que a “su insistencia por el psicoanálisis consistió en una apuesta por encontrar un estabilizador simbólico (…) Marilyn pago de alguna manera el precio por anticiparse con su demanda a una oferta inconsistente” y es que por este caso “se habría instalado en EUA y en Alemania, una critica negativa hacia el psicoanálisis”[24]
El caso Marilyn Monroe, sigue siendo una de las historias más interesantes donde se mezclan el cine y el psicoanálisis. En esta historia que no será resuelta nunca, se acercan peligrosamente la palabra, la pantalla y la vida. Su mito nos arrastra no solo a cinéfilos, sino al público en general, que  funciona como un vehículo, Marilyn es ya un cuerpo literario, imágenes, cinematográfico. Es también su nombre el que da regalías para el Instituto Anna Freud, ya que los derechos los dejo en su testamento.
En torno a este caso, existe un gran hermetismo institucional, al estar fuera de consulta en la Librería del Congreso las cartas entre Marianne Kris y Anna Freud sobre esta paciente en particular, así como las cartas de Ralph Greenson entre las citadas anteriormente que celosamente guarda la biblioteca de la Universidad de California en Los Angeles, también los archivos en la Biblioteca de Los Angeles Psychoanalytic Society.
Su muerte devino en leyenda cinematográfica, como un guión de una película trágica, toda su vida fue una búsqueda de identidad, Marilyn seguirá siendo objeto de complejos análisis y estudios, se ha tratado de comprender a esta mujer, es a partir de que la vemos diseccionada, desprovista de toda máscara e impostura, aún nos hacemos la pregunta ¿qué nos quería decir aquella mujer?
En palabras de Joyce Carol Oates: “Norma no tenía  idea de quién era y necesitaba llenar el vacío que sentía en su interior. Cada vez que salía, tenía que inventar su alma. También nosotros, el resto de la gente, estamos vacíos; de hecho, es posible que el alma de todos los seres humanos esté vacía, pero Norma era la única que lo sabía.”[25]

Bibliografía:
Capote, Truman, (2007) “Música para camaleones” Anagrama, España.
Cardenal,  Ernesto, (2009) “Antología Poética” Colección Visor de Poesía, México.
Carrillo Zazueta, Alma Delia (1983) “Hollywood crea una estrella. Marilyn Monroe” Tesis de licenciatura, Universidad Iberoamericana.
Freud, Sigmund, (1974) “Psicología de las masas”, Alianza Editorial, Madrid.
García Riera, Emilio (1974) “El Cine y su público”, Fondo de Cultura Económica, México.
Greenson, Ralph, (1976), “Teoría y Practica del Psicoanálisis”, Siglo XXI, México.
Laplanche, Jean, Pontalis, Jean Bernard, (1996), “Diccionario de Psicoanálisis” Paidós, España.
Nasio, Juan David, (1990) “El Dolor de la Histeria”, Paidós, España.
Oates, Joyce Carol, (2012), “Blonde”, Alfaguara, México.
Ortiz-Tallo, Margarita, Ferragut Marta, (2010), “Análisis Cualitativo de la Personalidad de una Actriz. Estudio de Caso y Trastorno de Personalidad Límite”, Revista Clínica y Salud v.21 n.2, España.
Schneider, Michel, (2012), “Ultimas sesiones con Marilyn”, Alfaguara, México.
Steinmeyer, Claudio, (2012), El caso Marilyn Monroe en nombre de Norma Jean Mortensen”, Revista Radar 88 Año 5, Nueva Escuela Lacaniana, México.
Walker, Alexander, (1970) “El estrellato, fenómeno de Hollywood” Ed. Anagrama, Barcelona.
Zapata Cadavid, Juliana, (2012) “«La otra que soy...» Psicopatología de la personalidad de Marilyn Monroe” Revista Poesis No. 26, Funlam, Colombia.
Reporte de la autopsia, disponible en: http://www.autopsyfiles.org/reports/Celebs/monroe,%20marilyn_report.pdf consultado el 26 de abril de 2014


[1] García Riera, Emilio (1974) “El Cine y su público” Fondo de Cultura Económica, México, pp.17
[2] Schneider, Michel, (2012), “Ultimas sesiones con Marilyn”, Alfaguara, México, pp. 79
[3] Ibídem, pp. 39.

[4] Cardenal,  Ernesto, (2009) “Antología Poética” Colección Visor de Poesía, México.

[5] Zapata Cadavid, Juliana, (2012) “«La otra que soy...» Psicopatología de la personalidad de Marilyn Monroe” Revista Poesis No. 26, Funlam, Colombia, pp. 5.
[6] Carrillo Zazueta, Alma Delia (1983) “Hollywood crea una estrella. Marilyn Monroe” Tesis de licenciatura, Universidad Iberoamericana, pp. 36.
[7] Freud, Sigmund, (1974) “Psicología de las masas” Alianza Editorial, Madrid, pp. 45
[8] Walker, Alexander, (1970) “El estrellato, fenómeno de Hollywood” Ed. Anagrama, Barcelona, pp. 47.
[9] Nasio, “El dolor de la Histeria”, Paidós, España, pp. 12.
[10] Ibídem.
[11] Capote, Truman, (2007) “Música para Camaleones” Editorial Anagrama, pp. 132. 
[12] Schneider, Michel, (2012) “Últimas sesiones con Marilyn” Ed. Alfaguara, México, pp. 133.
[13] Ibídem, pp. 164.
[14] Laplanche, Jean, Pontalis, Jean Bernard, (1996), “Diccionario de Psicoanálisis” Paidós, España, pp. 128.
[15] Schneider, Michel, (2012) “Últimas sesiones con Marilyn” Ed. Alfaguara, México, pp. 152-153.
[16] Ibídem.
[17] Schneider, Michel, (2012), “Ultimas sesiones con Marilyn”, Alfaguara, México, pp.48.

[18] Ibídem, pp. 166.
[19] Laplanche, Jean, Pontalis, Jean Bernard, (1996), “Diccionario de Psicoanálisis” Paidós, España, pp. 331.

[20]Ibídem,  pp. 167.
[21]Ibídem, pp. 268.
[22] Reporte de la autopsia, disponible en: http://www.autopsyfiles.org/reports/Celebs/monroe,%20marilyn_report.pdf consultado el 26 de abril de 2014

[23] Schneider, Michel, (2012), “Ultimas sesiones con Marilyn”, Alfaguara, México, pp. 409.

[24] Steinmeyer, Claudio, (2012), El caso Marilyn Monroe en nombre de Norma Jean Mortensen”, Revista Radar 88 Año 5, Nueva Escuela Lacaniana, México.

[25] Oates, Joyce Carol, (2012), “Blonde”, Alfaguara, México.