El
espejo es mágico, como el cine: Marilyn Monroe en el diván
Por
Natalia Rivera Lugo
“El cine pues, se proponía como
espejo en el que el mito no seria tanto el reflejo del espectador como éste el
del mito. Llevando las cosas al extremo, el cine seria dispensado de reflejar la realidad; la realidad, en
cambio había de imitar al cine.”
Resumen:
Este trabajo plantea el revestimiento analítico del caso Marilyn Monroe.
Partiendo desde la relación entre el Cine y el Psicoanálisis en el Hollywood de
los años 50 y principios de los 60’s, se da seguimiento a los diferentes
procesos analíticos durante casi 8 años.
Palabras clave: psicoanálisis, cine, Hollywood, Marilyn Monroe.
Abstract: This work
approaches the Marilyn Monroe case and the relationship between psychoanalysis
and cinema, focusing in Hollywood between the years of the 50s and the early
60s, it gives insight in the almost eight years of analysis of the late actress.
Key words: psychoanalysis,
cinema, Hollywood, Marilyn Monroe.
Introducción: Cine y Psicoanálisis
El cine como el
psicoanálisis, tuvieron su aparición simultánea en el año 1895, en Paris, Lumiére exhibía el primer cinematógrafo frente al
publico en el Grand Café, mientras que en Viena, Freud exponía sus casos y teoría
de la histeria. Ambos se han desarrollado, como fenómenos coyunturales que
transformaron la forma de pensar y vivir el mundo.
Hollywood como industria
cinematográfica, busca realizar en la medida de lo posible los sueños de los
espectadores, creando en sus películas un vínculo de identificación entre el
actor y su público. Es así como tiende puentes con el psicoanálisis, al ser la
practica psicoanalítica, básicamente una relación de transferencia entre el paciente y el terapeuta-analista.
Con esta investigación se
pretende hacer una aproximación a las muchas mentes de Marilyn Monroe, haciendo
uso de la abundante bibliografía sobre este caso.
Habiéndose escrito tanto
sobre este mito cinematográfico, me despertó un gran interés su apuesta por el
psicoanálisis, como terapia, como método, como pública adepta, llegó a hablar
sobre este tema con la prensa en 1955, declarando que “Lo único que diré es que
creo en la interpretación freudiana. Y espero que algún pueda proporcionarles
un esclarecedor informe acerca de las maravillas que los psiquiatras pueden
hacer con ustedes.”
Es desde 1954, que
Marilyn Monroe en plena cumbre de su estrellato inicia su fracturado proceso de
análisis, el cual no abandonaría a lo largo de su vida, esta decisión derivó de
su “cambio de vida” al mudarse de Los Ángeles a Nueva York, hacer su propia
productora y entrar a las clases en el Actor’s Studio con el profesor Lee
Strasberg que le enseñaría su famoso método de actuación, el cual exhortaba a
los actores a someterse a un análisis.
Su primera analista fue Margaret Hohanberg, recomendada
por Strasberg, rápidamente se volvió una gran influencia en la vida de Marilyn,
le decía que papeles aceptar, con quienes relacionarse etc. La segunda fue Anna Freud, en un breve periodo
mientras filmaba en Londres “El príncipe y la corista”, la tercera analista fue
recomendada por la hija del padre del Psicoanálisis, que la puso en contacto
con una vieja amiga de la familia, Marianne Kris, la cual posteriormente fue
analista de Jaqueline Kennedy, este análisis duró cuatro años, culminó con el
internamiento, su último psicoanalista fue Ralph Greenson, cuyo nombre al igual que su paciente fue cambiado para adaptarse al medio, su nombre real era
Romeo Greenschpoon.
Ralph Greenson, es famoso
no solamente por su apodo “Analista de Hollywood” se le recuerda también por
haber escrito, “Técnica y práctica del psicoanálisis” aún vigente como libro de
cabecera para la formación de futuros analistas, dónde precisamente hace una
analogía entre el cine y el trabajo de análisis:
“Extrañamente, el
analista se convierte en el actor silencioso de una obra creada por el
paciente. El analista no llega a interpretar un papel, sino que se esfuerza en
mantenerse como esa figura fantasmagórica tan necesaria para los propios
fantasmas del paciente. Y sin embargo, participa en la creación de ese
personaje, precisando sus contornos por medio de la introspección, la empatía y
la intuición. Se convierte, en cierta medida, en el director de la situación:
marca la dirección de la situación de la obra sin actuar en ella.”
Es un hecho que el cine
es capaz de reproducir el mundo real, sin embargo lo más interesante de este
hecho, es la apropiación psicológica del espectador, aquella imagen creada
adentro, cómo introyectan la narración y sus personajes, la pantalla es solo
una reproducción, un conducto, en el que los espectadores se sumergen en las
imágenes que hablan hasta que logran sentirse parte de ellas.
En el psicoanálisis, el
principal instrumento es la palabra hablada, la voz es lo más cercano a la
emoción. En el aparato psíquico de un
individuo, es así también, la vida es como una película que nos contamos, en la
terapia psicoanalítica encontramos un conducto al inconsciente, al integrar al
analista con el paciente, en un vínculo llamado transferencia busca
representarse en imágenes individuales por medio de la palabra, la asociación,
el sueño y a la reproducción del inconsciente.
El nacimiento de una estrella: De Norma Jean a
Marilyn Monroe
“Como toda empleadita de
tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.” Ernesto Cardenal en Oración por Marilyn Monroe
Antes
de que existiera Marilyn Monroe, en el Hollywood de 1914; William Fox pensaba
en una estrategia, para publicitar sus películas, invento un personaje estelar
para dar publicidad a sus películas: la mujer fatal, bella y perversa, adorada
por los hombres, la “vamp”, por la que la actriz danesa Theda Bara, consiguió
fama fuera de la pantalla, posteriormente a esta maniobra se le conoció como “Star System”.
Se
descubrió entonces que el público no sólo aceptaba la imagen estereotipada,
sino que la aclamaba, las compañías como Paramount, Fox, Metro, Universal,
comprendieron esto prontamente, como señala Alexander Walker “La publicidad
sobre ellos, sus películas, actividades y características personales –y en este
sentido el tinglado de Hollywood, como exótico y permanente paisaje de fondo,
jugaba un enorme papel-, iba a ser empleada para provocar la curiosidad,
estimular expectación, y hacer volver a los espectadores una y otra vez. La
participación del público en la identidad de los intérpretes arraigó al mismo
tiempo y sobre el mismo terreno que el Star
System.”
La
creación del Star System, estandarizo
a los actores, concentro a los productores en la búsqueda de rentabilidad, se armaron enormes faramallas publicitarias,
todo enmarcado en una dinámica de mercado humano, donde estos son disminuidos
como objetos negociables de una competencia tan fuerte como su éxito y su
fracaso y la vida de las estrellas es objeto del público, estas prácticas
siguen siendo el modus operandi de
Hollywood.
La
estrella que nos ocupa, nació con el nombre de Norma Jean Mortensen, un 1 de
junio de 1926, en la ciudad de Los Ángeles, California, su madre Gladys
Mortensen, llamo a su hija Norma Jean, por las actrices Norma Tamagle, y Jean
Harlow, como alude la autora Joyce Carol Oates en el libro “Blonde”, inspirado
por la historia de Marilyn, narrado desde la vida interior de la protagonista, la
autora, ahondo en lo que ella llama “la
heroína norteamericana por antonomasia”.
Cuando
nuestra heroína, tenía solo seis meses, fue adoptada por una familia, los Bolender,
a los que recordaba como absolutamente estrictos, para esta familia la religión
era el centro de su vida, mientras que Gladys, su madre biológica trabajaba en
Hollywood, la abuela Della Granier a menudo la visitaba.
A
los siete años, Gladys compra una casa y se lleva a su hija a vivir con ella,
la vida le da un giro de 360 de grados, el espacio lo comparten con inquilinos,
se sabe que fue en este periodo en que Gladys pierde el control de su vida y es
ingresada a un hospital psiquiátrico. Grace McKee, amiga de su madre, se hace
cargo de la niña, pero posteriormente a la edad de 9 años ingresa en un
orfanato, este episodio lo recordaba, como negaba que ella fuera huérfana y se
rehusaba a entrar a este sitio.
Sus
primeros años los vivió rodeada de soledad, carencias afectivas, miseria e
inestabilidad. Vivió con varias familias, en una de ellas aseguro que abusaron
sexualmente de ella, todo esto convirtió a Norma Jean en una niña que había llegado a
creer que no merecía ningún tipo de afecto, por lo que no es difícil comprender
que para poder sobrevivir, intente realizar el sueño que su tutora legal Grace
McKee le vaticino “Tu serás una estrella de Hollywood”, su transformación,
consistió convertirse en una mujer deseable, transformarse en otra.
Marilyn
Monroe, nació en los estudios de la 20th Century Fox, el cambio de nombre y cabello
fueron decisiones que definirían un antes y un después, el tinte rubio platino,
fue tan solo un viejo truco antes utilizado por la que fue su actriz preferida
Jean Harlow para llegar a la fama, rápidamente le dan pequeños papeles, que a
lo largo de su vida, sumarían más de 30 películas con esta compañía.
La
rubia más sexy, como la describieron los productores de la MGM, hace sus
primeras apariciones en la pantalla grande, en películas como “Amor en
Conserva” de los hermanos Marx, muy populares en esos tiempos, donde más que
interpretar, ella representa a la rubia despampanante de caminar cadencioso y
sensual, esta secuencia de treinta segundos, la haría reconocerse por el
público, sin embargo, este fue el comienzo de su estancamiento en la
categoría de “símbolo sexual”.
Refiriendo
este tema, llego a contestar que: “Si tengo que simbolizar
algo, prefiero ser un símbolo sexual, que cualquier otra cosa que se pueda
simbolizar -entiende- ese es el problema!... un símbolo se ha convertido en un
objeto, y odio que me consideren un objeto.”
Para
los reflectores de la prensa, para la cámara de 4mm, para el set de cine, el
personaje que interpreto siempre fue el de Marilyn Monroe. Mientras que la
publicidad de la 20th Century Fox, la presentaba: Every
inch a woman! Every inch an actress! Traducido al español: Cada centímetro una mujer. Cada centímetro una actriz.
Alma
Delia Carrillo señala en su tesis Hollywood crea una estrella: Marilyn Monroe,
que: “Son contados los filmes en que consideran destacados, artísticamente
hablando. Con esto no se pretende decir que Marilyn Monroe no fue una estrella,
o que no fue una actriz, pero sí que fue encasillada, limitada y destruída por
los mismos papeles de una mujer tonta y sexy que no le preocupaba nada sino
casarse con un rico, no tuvo más oportunidad para desarrollarse y poder
comunicar al publico todos esos sentimientos de los cuales era muy capaz de
transmitir. Hollywood la creó y la destruyó al mismo tiempo.”
La
identificación con el público es indispensable para una estrella, Sigmund Freud
en Psicología de las masas nos explica en que consiste: “La identificación es
la forma primitiva del enlace afectivo a un objeto.. Siguiendo una dirección
regresiva, se convierte en sustitución de un enlace libidinoso a un objeto,
como por introyección del objeto en el yo.”
P.45
El
público encontraba en Marilyn, la proyección de sus fantasías sexuales, como
llego a decir Jean Paul Sartre: “Quemaba la pantalla”.
Alexander
Walker afirma que “El momento cristalizador del estrellato, parece suceder en
el instante en que un interprete llega a ser dramáticamente consciente del
poder que detenta. No es exactamente lo mismo que popularidad. Uno puede vivir
fácilmente de popularidad. El poder del estrellato afecta en carne viva a un
artista como una desproporción entre quien piensa que él es y cómo piensa de él
la gente.”
El
gran momento de consciencia de estrellato para Marilyn, fue cuando visito en
1954 las bases del ejército norteamericano en Corea dónde comprobó que gozaba
de una sorprendente popularidad. Por primera vez en su vida, dio un concierto
ante decenas de miles de soldados, esta experiencia la recordará como una de
las más felices de su vida.
En
las grabaciones de estos eventos, la vemos gozando las miles de miradas de los
soldados puestas en ella, los gritos y chiflidos, esta histórica escena de
seducción, es el punto de inflexión, quizá aquí, se convenció de una certeza,
de lo que representaba y lo que su presencia causaba en las multitudes.
Encuentro
en estos acontecimientos, claros rasgos de estados de histeria. Marilyn, a
partir de esta experiencia encontró una gran satisfacción, en ese trance, de
necesitar desesperadamente la aprobación y admiración del otro. Según Nasio, en
su libro El dolor de la Histeria, describe que: “Histerizar es hacer que nazca
en el otro un foco ardiente de la líbido (…) Histerizar es erotizar una
expresión humana la que fuere, aún cuando por sí mismo en lo íntimo, no sea de
naturaleza sexual.”
Este
escenario la puso en medio de una explosión libidinal, creada gracias a las
fantasías producidas por el star system.
Es a partir de este año, que la veremos moverse en sitios donde ella sentía que
debía estar, después vendría la toma de consciencia de la fractura de su
personalidad, y al mismo tiempo que la vemos produciendo una película, esta
casándose con el intelectual de la contracultura, Arthur Miller, siempre desde
algún en el centro de la vida pública e intelectual de los Estados Unidos,
donde seguía interpretando el papel de Marilyn Monroe.
En
palabras de Nasio, esta fragmentación de papeles se explica en la siguiente reflexión:
“Un yo capaz de estirarse sin discontinuidad desde el punto más íntimo, de su
ser hasta el borde meas exterior del mundo. Esta singular plasticidad del yo
instala al histérico en una realidad confusa, medio real, medio fantaseada,
donde se emprende el juego cruel y doloroso de las identificaciones múltiples
con diversos personajes y ello al precio de permanecer ajeno a su propia
identidad de ser sexuado.”
Además
del cruce de identificaciones múltiples, la desconexión con la realidad fue
patente en varias ocasiones, cómo nos cuenta el escritor y amigo de la actriz Truman
Capote, se quedaba absorta viéndose en el espejo, como escribió en su relato
titulado “Una Criatura Adorable”:
“Mientras
pasaba el tiempo, me pregunté tontamente si se estaría metiendo estimulantes o
tranquilizantes. Tranquilizantes, sin duda. Había un periódico encima de la
barra y lo cogí; estaba escrito en chino. Cuando pasaron veinte minutos, decidí
investigar. Quizá se había metido una dosis mortal, o a lo mejor se había
cortado las muñecas. Encontré el lavabo de señoras, y llamé a la puerta. Ella
dijo: «Pase.» Dentro, se estaba observando en un espejo mal iluminado. Le dije:
«¿Qué estás haciendo? Contestó: «Mirándola a ella.» En efecto, se estaba
pintando los labios con lápiz de color rubí. Además, se había quitado el
sombrío pañuelo de la cabeza y se había peinado su lustroso pelo, fino como
algodón de azúcar.”
La
disociación de su personalidad, Norma Jean-Marilyn Monroe, queda manifiesta en
esta anécdota, quizá mientras se veía en el espejo y no se veía, se encontraba
a sí misma, ese tiempo de espera para el otro, lo había pasado parada frente a
ella, era Norma Jean la que veía la imagen que no la reflejaba, sino a la otra,
mientras ella se decía: soy aquella mujer que se ve al espejo, para imprimirse la
imagen de Marilyn y encarnarla.
Esta
angustia de personalidad, puede referirnos a los dilemas que tenia en su haber
por aquellos años, la más evidente fueron las demoras a los estudios, los
pleitos con los estudios, ya que no tenia papeles distintos ni alcanzaba el
valor económico que alcanzaron otras luminarias.
La posibilidad de que padecería
histeria, queda abierta por la declaración de Arthur Miller, esposo de 1958-1961,
“Era mitad reina, mitad niña abandonada, a veces de rodillas ante su propio
cuerpo, a veces desesperada por culpa de el.”
Tantas definiciones, debieron
decirle q nunca se confirmaría ni conformaría, la identidad disoluta en un mito
que ella se invento.
Apuesta por el psicoanálisis: Diferentes
diagnósticos (1954-1962)
Anna
Freud, en un breve tratamiento urgente, en el año de 1956, la describió como se
puede consultar en su archivo: “Paciente adulta. Inestabilidad emocional,
impulsividad exagerada, necesidad constante de una aprobación externa. No
soporta la soledad, tendencia a depresiones en caso de rechazo, paranoica con
tintes de esquizofrenia.”
Este
es el diagnóstico más reciente que se ha recuperado de su caso, el tratamiento
duro tan sólo un mes, derivado de una crisis en el rodaje de la película “El
príncipe y la Corista” en donde trabajo al lado de Lawrence Olivier, con quien
no tenia una buena relación, ella recuerda que le decía, “Sé sexy”,
que en realidad quería decir sé todo lo que sabes ser.
En
1960 Marianne Kris, la definió como “una mujer en crisis total, con peligro de
autodestrucción por el abuso de drogas y medicamentos. Bajo una ansiedad
paroxística, revela una personalidad frágil. ”
A
los 34 años a la madre de Marilyn Monroe le diagnosticaron “esquizofrenia”, que
según la definición en el Diccionario de Psicoanálisis tiene las siguientes
características:
“Incoherencia
del pensamiento, de la acción y de la afectividad (que se designa con las
palabras clásicas de <>),
la separación de la realidad con replegamiento sobre sí mismo y predominio de
una vida más o menos acentuada, siempre mal sistematizada; por último, el
carácter crónico de la enfermedad, que evoluciona con ritmos muy diversos hacia
un <> intelectual y afectivo, conduciendo a menudo a
estados de aspecto demencial.”
A
partir de este momento Gladys estará internada definitivamente en diferentes
hospitales psiquiátricos, de los que Marilyn después se haría cargo financieramente.
En
febrero de 1961, la historia se repetiría, Marilyn es ingresada por su analista
en aquél tiempo Marianne Kris, a la edad de 34 años en la Clínica Psiquiátrica
“Payne Whitney” en la ciudad de Nueva York, por ayuda de Joe Di Maggio sale de
ahí, y es trasladada a otro hospital, donde estuvo del 10 de febrero al 5 de
marzo de 1961.
En
1992 se encontró en la 20th Century Fox la carta que Marilyn le escribió a
Ralph Greenson, desde el internamiento, la cual es un documento probatorio del
estado crítico en que se encontraba la actriz, mecanografiada porque estaba
apenada de su letra, escribe cosas como:
“Mientras
escribo estas líneas, cuatro lágrimas mudas surcan mi mejilla. No sé porqué. No
he dormido en toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve la noche. Para
mí no es más que un largo y asqueroso día que no termina nunca.”
En
esta carta, describe abatidamente las condiciones en la Clínica, leemos a una
Marilyn, destrozada, desolada, explicando que sabe que no será feliz, pero
dice: puedo estar contenta. En la carta también se quejaba de los tratos de los
psiquiatras, y de la situación llega a declarar que “El hombre quiere llegar a
la luna, pero nadie se interesa por el corazón humano. Y mira que habría
trabajo que hacer. Por cierto, ése era el tema central de Vidas Rebeldes, pero nadie se dio cuenta.”
Cabe
mencionar que esta crisis, fue posterior a la ruptura de su matrimonio con el
escritor Arthur Miller, de quien se había divorciado hacia un mes, coincidiendo
con el estreno de su última película “Vidas Rebeldes” la cual no tuvo buenas
críticas.
A
partir de este internamiento, Ralph Greenson se convierte en su único
terapeuta-analista, y ella en una paciente de tiempo completo. Con ella decide
emplear una técnica totalmente distinta que las que usa con sus otros
pacientes. La integro con su familia, para darle lo que nunca tuvo: estabilidad
afectiva. Se hizo amiga de sus hijos y de su esposa, su cuñado era su
representante legal y él se convirtió, en su padre simbólico.
Un
patrón que Marilyn estableció con todos sus terapeutas, fue el que obraran como
sus guardianes, Margaret Hohanberg su primera analista, fue referida en 1954
por Lee Strasberg, creador del método del Actor Studio, en sus años en Nueva
York, esta se encargaba de sus problemas legales, lo mismo sucedió con Marianne
Kris y finalmente con Ralph Greenson. Los diferentes analistas funcionaron para
ella como una familia simbólica, de la que cambiaba a menudo, justo como en su
infancia transitaba por diferentes hogares y en el momento del tratamiento los
ponía como los herederos en su testamento.
En
el libro escrito por el psicoanalista Michel Schneider, “Marilyn, Ultimas
sesiones”, el personaje de psicoanalista Greenson notaba que Marilyn hablaba
muy poco de su vida sexual, incluso Vladimir Nabokov llego a referir sobre su
estatus de símbolo sexual afirmando que “para esta comediante del sexo puede
que solo el sexo solo fuera una comedia”
Para
conocer a Marilyn a fondo, nos han quedado las reminiscencias de los otros, de
quienes compartieron con ella; anécdotas, encuentros, uno de sus primeros mecenas
en Hollywood, fue el director de cine Elia Kazan, con quien tuvo un affaire
cuando empezaba a trabajar con la 20th Century Fox. Llegó a declarar entonces
que “era la chica más alegre que había conocido” cosa que a Marilyn, le complacía
recordar.
Al
morir Marilyn, y de haber pasado por altos y bajos en su relación, Kazan diría
que: “Cuando la conocí, era una joven sencilla, apasionada, que iba a clase en
bicicleta, una chica de buena pasta. Hollywood la tiro al suelo con las piernas
abiertas. Tenia la piel fina y el alma ávida de ser aceptada por gente a la que
pudiera respetar. Como muchas otras chicas que habían conocido el mismo tipo de
experiencia, media su amor propio por el número de hombres que era capaz de
atraer.”
Esta
y otras declaraciones de su ex marido Arthur Miller, en las que hace énfasis en
una escisión de su personalidad, y sobre la cuestión del cuerpo “Era mitad
reina, mitad niña abandonada, a veces de rodillas ante su propio cuerpo, a
veces desesperada por culpa de él” estas declaraciones abren la siguiente cuestión
¿sería Marilyn, algunos rasgos de la clásica histérica? Aquella que Anna Freud,
le impediría interpretar el personaje de la paciente de histeria Cecil en la
película de John Huston “Freud: Pasión Secreta” , estaba escrito por Jean Paul
Sartre y el propio Huston, especialmente para ser interpretado por Marilyn
Monroe, para la pérdida del cine, y ganancia de Anna Freud, ésta logro
convencer a su analizada de no aceptar el papel en una película donde se
viera la reproducción de una imagen Hollywoodense de su padre.
En
la película, Cecil, casi amnésica, así como en Marilyn lograron reconocer sus
analistas, cambiaba de historia, decía mentiras en las entrevistas, por
ejemplo, que nunca vivió con su madre, cosa que era mentira, era usual que
mintiera sobre su origen, ya que el recuerdo estaba tan cargado de afecto que
lo había reprimido, borrado u olvidado.
Ralph
Greenson la llamaba su “esquizofrénica favorita”, (curiosamente ella tenía la
costumbre de poner apodos a sus allegados, enemigos, a todo aquél que guarda un lugar en su memoria) debido al carácter
crónico de esta enfermedad, no pudo darse un diagnóstico certero porque
murió a la corta edad de 36 años.
En
este último análisis realizado con Ralph Greenson, nos puede decir la
correspondencia intercambio entre Anna Freud, Marianne Kris y él, en los
últimos días de la actriz, se intercambiaron cartas de visible preocupación
“Estoy horrorizado ante el vacío de su vida en términos de relaciones objetuales.
Básicamente es una narcisista. Mal que bien, vamos progresando, pero no puedo
hacer ningún pronóstico sobre la profundidad y la duración del malestar. En el
plano clínico he aislado dos problemas: su temor obsesivo a la homosexualidad y
su incapacidad para soportar heridas morales.”
La mujer narcisicista, es
para Freud el tipo de mujer más deseable. La belleza de esta mujer, es una
“proclama de independencia libidinal” en esta proclama se basa su atractivo.
Como apunta Juliana Zapata en
su análisis sobre la psicopatología de Marilyn Monroe, hace énfasis en esta cuestión
“Esta supuesta completud la hizo convertir en un ilusorio objeto de deseo, de
fragilidad extrema, que la llevaron a cuestionarse en ocasiones el papel que
estaba protagonizando.”
Sosegadas pulsiones de muerte
Se ha hablado de un supuesto intento de
suicidio, desde la escasa edad de 16 años, justo la edad en que Norma Jean decide
casarse con Jim Dougherty. Sin embargo no hay confirmación de la veracidad de este rumor.
Los intentos de suicidio, fueron una constante
en su vida, Natasha Lytess, su coach de actuación y supuesta amante, llego a
salvarla de uno, y en otra ocasión, cuando en 1961 estuvo internada en la
Clínica Psiquiatrica Payne Whitney, le escribió a Ralph Greenson, que en un acting out, reprodujo lo que antes había
actuado en una película, rompió una silla y gritaba que se cortaría las venas
si no la dejaban salir, se negaba a cooperar con los médicos, este episodio en
especial, es una clara alarma de su desesperación, extrema fragilidad, de su
continuo estado depresivo. Partimos de que algunos de estas amenazas se
produjeron mucho antes de su muerte el domingo, 4 de agosto de 1962.
Sobre
esta cuestión la muerte, llego a declarar al periodista Georges Belmont, en
1960 “En cierto sentido, la muerte es mucho menos complicada, ¿no le parece?
Entras y sabes que con toda probabilidad, no encontraras a nadie al otro lado
de la puerta. Mientras en la vida siempre están los demás, o alguien en
concreto. Y cuando entras, nunca es por tu culpa.”
Marilyn
creía y afirmaba, claramente que para ella la muerte tiene la ventaja de ser definitiva,
la vida, en cambio es algo más complicado. Para quitarse de las complicaciones
de vivir, rehízo su testamento numerosas veces en su vida.
La
fotografía, fue uno de los recursos que Marilyn uso cuando se sentía deprimida,
una noche llamo a Milton Greene, y le dijo que salieran a tomar fotografías, estas
celebres imágenes, nos arrojan, la imagen que quería mostrar, a veces era
desesperación, desolación como las que le tomo en las calles una noche en los Ángeles,
con las luces del coche” la melancolía percibida en esa noche, a las que en su
insomnio crónico ella se preguntaba ¿Para que servían?
En
otras, era para el lente, la mujer sensual y traviesa, que escondía tras esa
picaras poses, un desquite a los Estudios, y a Elizabeth Taylor, su mayor rival
en el momento. Un acierto publicitario de Monroe, que no dudaría en repetir el acting out, desde que se publicaron en la
prensa, fotos de la secuencia donde aparece desnuda jugando en una piscina, de la
no acabada película “Somethings got to give”.
En
la famosa última sesión, también la vemos desnuda, más delgada, con una sonrisa
de niña, la mirada ausente, jugando con una mascada transparente, la evocadora
y triste sensualidad de estas imágenes consagraron al fotógrafo Bert Stern,
para la revista Life, éste número se ha convertido en un mito, aún causa
fascinación, y es que el número con la portada de la famosa rubia salió justo
en su última noche.
Al
conocerse su muerte, tuvo su imagen la primera plana en las portadas de todos
los periódicos y revistas, de Estados Unidos. Su muerte impacto a los
norteamericanos, de una manera indefinible, los cogió tan desprevenidos, a
nadie se había podido imaginar que su ardiente Marilyn, su símbolo sexual americano
pudiera apagarse tan repentinamente.
“La
pulsión de muerte, según Freud, operan en silencio; y no pueden apenas reconocerse mas que cuando actúan en el
exterior, se comprende que el termino;
califique sus efectos mas accesibles y manifiestos.”
Diversas
fueron las reacciones que se suscitaron, los más cercanos, lo hubieran podido
prever: Ralph Greenson. La más general
en el público: fue la estupefacción.
Podemos
ir a sus últimos momentos, en los que ya había alcanzado su fama el mote de mito, enlazado a su vida de
diva. Una de las últimas apariciones en público, fue en la fiesta de cumpleaños
del entonces presidente John F. Kennedy, donde fue anunciada por su amigo Peter
Lawford, y la presento, como: The late
Marilyn Monroe, late en inglés antes de un nombre, significa una personada
finada, este no-lapsus, apuntaba a
sus legendarios retrasos, también insinuaba la muerte.
Al
subir al escenario la vemos como se precipita caminando de puntillas, al llegar
al lado de su presentador, este le quita su abrigo dejando ver su vestido
pegado la piel color carne, con incrustaciones de brillantes. En seco comienza
a susurrar muy cerca del micrófono: Happy
Birthday to you… Happy Birthday to you… Happy Birthday Mr. Presideent…. Al
final parece que dice alguna incoherencia, se le ve emocionada aún con su
mirada ausente, pero la verdadera
ausente era Jaqueline Kennedy, vemos como aparece un enorme pastel. Las
fotografías de esta fiesta desparecieron, quedando solo una donde aparece con
Robert Kennedy.
Muchos han dicho que la canción que
canto al presidente, ofrecía una parodia de sí misma y un acto freudiano en sí.
Posteriormente de estos hechos, fue
despedida por sus desacatos. Para ser de nuevo contratada por un contrato más
provechoso.
En
sus últimos días, sus allegados, su analista dice que los últimos problemas
tratados fueron la incapacidad para soportar lo que ella percibía como ofensas
y su temor anormal a la homosexualidad fueron como dijo más tarde el analista
<>
Y
quizá fue Miller el que mejor alcanzo a comprender a Marilyn, el personaje de
Maggie en su obra “Después de la caída” esta inspirado en ella, después de todo
vivieron cinco años juntos, la salvo varias veces de sí misma y le horrorizaba
su cercanía con la muerte. Escribió posterior a su muerte que “La
intensidad de su angustia la habría incapacitado para cualquier otro trabajo.
Si hubiese sido oficinista, le habrían dicho que hiciera el favor de quedarse
en su casa. Sin embargo, en la vida le tocó el papel de estrella de cine y esto
le permitió trabajar y padecer, porque a una estrella se le permite todo”.
Su tesis es que estrellato fue su
gloria, el logro de su vida, el hecho letal y simple, es que no existía espacio
entre ella y esta estrella.
¿Qué la llevo a la muerte?
Truman
Capote contestaría, que fue la muerte quién la mato. El psicoanalista Michel Schneider
dice que el abandono de la madre mató a Marilyn. En esta tesis, podemos pensar
en esa temprana neurosis de abandono, la cual según el Diccionario de
Psicoanálisis es “una inseguridad afectiva fundamental.” La necesidad ilimitada
de amor, que se manifiesta en su persona, no bastaba con ser deseada, deseaba
que la amaran y admiraran incondicionalmente como una madre ama a su hijo.
La
angustia del abandono, fue sin duda uno de sus mayores padecimientos en la
infancia. Al sentirse abandonada por su madre, sentía que le rehusaba el amor. Para
Michel Schneider, el psicoanálisis figuro como un “juego mortal” una
transferencia mal llevada. La autopsia final revelaría, un 4.5% de barbitúrico en
la sangre, una sobredosis de nembutal auto administrada y la sentencia del
probable suicidio.
El caso Marilyn Monroe para el psicoanálisis
Para
la literatura psicoanalítica, no es un caso clínico, al no existir fuentes
fehacientes, antes de morir la actriz, Greenson, había pensado escribir un
libro sobre los fracasos del psicoanálisis, desecho la idea, dejando una nota
poco antes de morir en 1978 donde habla sobre este punto:
“Nunca
escribiré 'el caso MM';. No encuentro las palabras. Como en
ciertas películas, cuando las imágenes son demasiado fuertes no oigo nada. ¡Como
se engaña uno sobre sí mismo! El autoanálisis es imposible. Me reprocharon –y
yo me reproche- haber acogido a Marilyn dentro de mi familia, haberla
convertido en una pariente. ¿Fui yo quien la mato? ¿Fue el psicoanálisis, como
ya empiezan a decir? Cuando dicen que murió a causa de la excesiva influencia
de mi familia, no se dan cuenta de que tal vez se trataba de mi otra familia,
la de los psicoanalistas. La familia Freud y asociados.”
Desesperado
Greenson, hizo un diagrama, partiendo de su relación con Marilyn, donde se
tejieron las relaciones trasferencia, la respuesta que encontró, fue la
estructura incestuosa del análisis.
El
psicoanálisis no escribiría jamás el caso clínico aceptable de Marilyn Monroe,
sin embargo es por medio del seguimiento de los análisis que se llevaron a cabo,
que podemos acercarnos a la mujer que encerraba esa máscara, y donde hurgamos
para saber cómo pudieron haber sucedido las cosas.
El
psicoanalista Claudio Steinmeyer asegura que este caso pone de relieve la
terminación de la era de la talking cure,
ella demandaba otro tipo de tratamiento, puesto que a “su insistencia por el
psicoanálisis consistió en una apuesta por encontrar un estabilizador simbólico
(…) Marilyn pago de alguna manera el precio por anticiparse con su demanda a
una oferta inconsistente” y es que por este caso “se habría instalado en EUA y
en Alemania, una critica negativa hacia el psicoanálisis”
El
caso Marilyn Monroe, sigue siendo una de las historias más interesantes donde
se mezclan el cine y el psicoanálisis. En esta historia que no será resuelta
nunca, se acercan peligrosamente la palabra, la pantalla y la vida. Su mito nos
arrastra no solo a cinéfilos, sino al público en general, que funciona como un vehículo, Marilyn es ya un
cuerpo literario, imágenes, cinematográfico. Es también su nombre el que da
regalías para el Instituto Anna Freud, ya que los derechos los dejo en su
testamento.
En
torno a este caso, existe un gran hermetismo institucional, al estar fuera de
consulta en la Librería del Congreso las cartas entre Marianne Kris y Anna
Freud sobre esta paciente en particular, así como las cartas de Ralph Greenson
entre las citadas anteriormente que celosamente guarda la biblioteca de la
Universidad de California en Los Angeles, también los archivos en la Biblioteca
de Los Angeles Psychoanalytic Society.
Su
muerte devino en leyenda cinematográfica, como un guión de una película
trágica, toda su vida fue una búsqueda de identidad, Marilyn seguirá siendo
objeto de complejos análisis y estudios, se ha tratado de comprender a esta
mujer, es a partir de que la vemos diseccionada, desprovista de toda máscara e
impostura, aún nos hacemos la pregunta ¿qué nos quería decir aquella mujer?
En palabras de Joyce Carol Oates: “Norma no
tenía idea de quién era y necesitaba
llenar el vacío que sentía en su interior. Cada vez que salía, tenía que
inventar su alma. También nosotros, el resto de la gente, estamos vacíos; de
hecho, es posible que el alma de todos los seres humanos esté vacía, pero Norma
era la única que lo sabía.”
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